El diario del olvido
La casa de los abuelos de Mateo era un lugar mágico, lleno de secretos y recuerdos olvidados. Estaba ubicada en un barrio tranquilo de Buenos Aires, la casa había sido testigo de generaciones de historias y tradiciones. Mateo siempre se había sentido atraído por el ático, un espacio polvoriento y misterioso que parecía contener secretos y sorpresas.
Un domingo aburrido, Mateo decidió subir al ático en busca de algo que hacer. Entre los trastos y recuerdos olvidados, encontró un diario con tapas de cuero desgastadas. Al abrirlo, vio que estaba escrito en alemán, un idioma que no entendía. Pero algo en la caligrafía y el papel amarillento lo atrajo.
Mateo bajó al jardín, donde su abuela estaba sentada leyendo un libro, y le mostró el diario.
-Abuela, ¿qué es esto?-, preguntó Mateo, mostrándole el diario.
-Ah, eso es un diario viejo-, dijo su abuela, sonriendo. "Creo que perteneció a tu bisabuelo Hans. Era un inmigrante alemán que llegó a Argentina en el siglo XIX".
- ¿De verdad?-, preguntó Mateo, intrigado- ¿Puedes traducirme algo?
Su abuela asintió y comenzó a traducir las primeras páginas, las cuales decían:
“Sus recorridos, lugares que visitó y su viaje desde Alemania, dijo que se sintió emocionado y asustado al mismo tiempo. También escribió que el mar era inmenso y se sintió pequeño en él”.
Mateo se sentó al lado de su abuela y comenzó a leer el diario que estaba lleno de historias de aventuras, desafíos y esperanzas. Hans había viajado desde Alemania en un barco lleno de inmigrantes, con la ilusión de encontrar trabajo y crecer en América.
- ¿Por qué vino a Argentina?- preguntó Mateo, curioso.
- Buscaba una nueva vida- respondió su abuela. -Había oído hablar de las oportunidades que ofrecía América Latina y decidió arriesgarse. Era un joven valiente y soñador-.
A medida que Mateo avanzaba en la lectura, descubrió que Hans había enfrentado muchos obstáculos en su nuevo hogar. La vida en la colonia era dura, y muchos inmigrantes murieron de enfermedades o hambre. Pero Hans perseveró y con el tiempo logró establecerse y formar una familia.
-Me siento conectado con él- dijo Mateo emocionado. -Es como si estuviera leyendo sobre mi propia historia-
Su abuela sonrió y le puso la mano en el hombro.
-Es que lo es Mateo- dijo- La historia de Hans es parte de nuestra historia familiar. Y ahora tú eres parte de esa historia-.
Mateo se sintió conmovido por el relato de su bisabuelo. Se dió cuenta que la valentía y perseverancia de Hans habían sido fundamentales para que su familia pudiera acomodarse en Argentina.
Mateo decidió investigar más sobre la historia, descubrir secretos y tradiciones que se habían perdido con el tiempo. Con la ayuda de su abuela, el niño comenzó a buscar recuerdos de sus antepasados, y juntos crearon un legado que podría ser compartido con futuras generaciones.
La historia de Hans había sido un regalo para Mateo, un recordatorio de la importancia de la familia y de la herencia cultural.
Alejo Svarzman